Me encantan los postres ¿Cuántos puedo consumir a la semana?

Los postres son ese pequeño placer que muchos disfrutamos al final del día. Desde un pastel de chocolate hasta una nieve refrescante, es difícil resistirse. Pero la pregunta que todos nos hacemos en algún momento es: ¿Cuántos postres puedo consumir a la semana sin afectar mi salud?

La clave de los postres está en la moderación: descubre cuántos comer, el impacto de la glucosa y opciones con sucralosa.
Sucralosa y glucosa en los postres: consejos prácticos para disfrutar dulces de forma moderada y saludable cada semana.

El papel del azúcar y la glucosa

Cuando comemos un postre tradicional, la mayor parte de su dulzor proviene del azúcar común. Este azúcar se transforma en glucosa, la fuente principal de energía para nuestro cuerpo. El problema es que un exceso puede elevar los niveles de glucosa en la sangre y, a largo plazo, contribuir a problemas como la obesidad o la diabetes.

Las guías internacionales de salud recomiendan que los azúcares añadidos no superen el 10% de las calorías diarias. Esto significa que, si consumes unas 2,000 calorías al día, lo ideal es no pasar de 200 calorías provenientes de azúcar, es decir, unas 4 a 5 cucharaditas.

¿Dónde entra la sucralosa?

Aquí es donde los edulcorantes de alta intensidad, como la sucralosa, pueden ser una alternativa interesante. La sucralosa es hasta 600 veces más dulce que el azúcar, pero no aporta calorías ni eleva la glucosa en la sangre.

Por esta razón, muchos productos “light” o “sin azúcar” —como gelatinas, postres lácteos o bebidas— utilizan sucralosa para mantener el sabor dulce sin añadir tantas calorías.

Entonces, ¿cuántos postres puedo comer?

No existe un número mágico válido para todos, pero sí podemos dar una guía práctica:

  • 2 a 3 porciones pequeñas de postre a la semana pueden disfrutarse dentro de una dieta balanceada, siempre que el resto de tus comidas sean nutritivas.
  • Si eliges postres endulzados con sucralosa u otros edulcorantes, puedes darte un gusto más seguido, porque el impacto en calorías y glucosa es menor.
  • Presta atención al tamaño de la porción: una rebanada pequeña de pastel no es lo mismo que media tarta.

Consejos para disfrutar sin culpa

  1. Alterna entre postres tradicionales y opciones con edulcorantes bajos en calorías.
  2. Prefiere postres caseros, donde tú controlas la cantidad de azúcar o si usas sucralosa.
  3. Acompaña siempre tus postres con actividad física regular.
  4. Recuerda: el balance está en la moderación, no en la prohibición.

Conclusión

Disfrutar de un postre es totalmente compatible con un estilo de vida saludable. La clave está en no excederse con la glucosa que proviene del azúcar, aprovechar opciones con sucralosa y mantener un equilibrio en la semana. Al final, el postre debe ser eso: un placer ocasional que sume a tu bienestar, no un hábito diario que reste salud.